Para que el motor tenga un buen funcionamiento y sus partes no se deterioren con rapidez es vital realizar una revisión y cambio periódico de los filtros de aire, aceite y combustible, los cuales cumplen una función específica.

El filtro de aire viene en diferentes formas (tubulares, cilíndricos, cuadrados, redondos y rectangulares), según el modelo de auto. Los materiales usados para su estructura son la chapa, la celulosa de papel o el paño y el poliuretano.

El filtro funciona cuando absorbe las partículas que trae el aire (polvo, hollín, piedras o tierra) mediante una porosidad o micronage de filtrado específico del papel y evita que estas impurezas se introduzcan dentro del motor lo que podría perjudicar el proceso de la combustión.

En el filtro de aire, la celulosa de el papel va plegada para generar una mayor superficie filtrante y un rendimiento superior en la retención de impurezas. Tiene un gramaje (porosidad) específico y posee resinas que permiten mantener la forma y estructura del filtro, cuyo tamaño depende del motor, ya que a mayor tamaño o cilindrada hay una necesidad de entrada de aire superior.

Este elemento permite un ahorro de combustible y, para que preste un óptimo servicio, es aconsejable cambiarlo cada 10.000 km en la ciudad y con mayor frecuencia si se transita por el campo, pues se satura con mayor rapidez.

El funcionamiento del motor también depende del filtro de aceite. Alojado junto al bloque del motor, retiene las partículas del desgaste interno del motor ya que las piezas en permanente movimiento generan restos de metales, hollín y de aceite viejo.

Si el filtro se satura por falta de mantenimiento, el papel de celulosa no permite el paso del aceite y se llena de basura, y es ahí cuando la válvula de seguridad que posee, se destapa y deja pasar el aceite sin filtrar haciendo que las piezas internas rocen entre sí y desarrollen un desgaste superior en poco tiempo.

El aceite permite la lubricación interna del motor (pistones, aros de pistón, cilindros, cojinetes, etcétera) y de acuerdo con la cantidad de litros de aceite que se necesita para impregnar todo el motor es el tamaño del filtro. Como el aceite recorre un sistema circular, la saturación de la celulosa se da aproximadamente a los 10.000 km y es aconsejable cambiarlo.

La estructura del filtro está hecha de metal o puede ser un cartucho descartable, lleva una junta que permite un sellado perfecto para que no pierda el aceite y en el interior trae el papel de celulosa plegado con resinas especiales por donde el aceite hace el recorrido.

Los filtros para combustible vienen en dos versiones, aquellos que son usados para el sistema de inyección electrónica y los usados en el sistema de carburador.

Los de inyección vienen generalmente en los autos con menos de 5 años, son filtros que trabajan a mayor presión, y la mayoría son de plástico de alta resistencia o metálicos.

La función de este filtro es la de retener todas las impurezas que tiene el combustible y las que entran al tanque cuando se carga.

Como el sistema de inyección es muy refinado, el filtro debe dejar pasar el combustible totalmente limpio para que no se descalibre; si eso llega a ocurrir, se generan problemas en la inyección y se debe mandar a hacer el calibrado del sistema electrónico.

Este filtro va ubicado entre el tanque de combustible y el sistema de inyección.

En los filtros de sistema de carburador, el material es plástico y al no trabajar con mucha presión su construcción es más económica, está ubicado igualmente entre el tanque de combustible y el carburador. El filtro en sí es de papel de glucosa con resinas especiales.

En los motores diesel, los filtros para combustible vienen sellados y sin válvula y el sistema es el mismo de los demás autos.

Todos los filtros están hechos con las normas de calidad ISO 9002.